No hay que ser un genio para entender que, tal como ocurrió en 2021, la candidatura de Martín Menem benefició al peronismo, que esta vez no tuvo que “inventar” una tercera lista, porque esa lista que históricamente se encargaba de contener a los electores que huían del oficialismo y dispersar el voto opositor la ocupó el representante de Javier Milei.

Pero hay algo que pocos observaron, que fue el grosero favor que le hizo Martín Menem al oficialismo al no presentar una lista de candidatos a convencionales constituyentes. Para comprenderlo basta con repasar el resultado de la eleección (con poco más del 90% de los votos escrutados hasta hoy).

En la elección a gobernador hubo 10.383 votos en blanco y en la de convencionales, 41.559 votos en blanco. La diferencia es de 31.176, prácticamente la misma cantidad de los 31.023 votos que sacó Martín Menem.

Si esos 31.023 electores de Martín Menem hubieran elegido a un convencional constituyente que no fuera del oficialismo, la lista del gobierno hubiera obtenido 52,3% de los votos, casi 10 puntos menos del 62,76% que obtuvo, y hubiera quedado muy cerca de no alcanzar la mayoría.

En otras palabras, el quintelismo hubiera obtenido la mayoría en la convención igualmente, pero eso ya estaba garantizado por la decisión de Martín Menem. Si el domingo los números no hubiera sido tan a favor del quintelismo y sus aliados, el gobierno igualmente hubiera conseguido los votos necesarios para imponer su voluntad en la Convención Constituyente, gracias a la “ayudita” de Martín Menem.

Algunos dirán que el espacio “libertario” mercería tener un candidato propio y que ni la unión con Juntos por La Rioja hubiera alcanzado para ganarle a Ricardo Quintela, pero con el diario del lunes es fácil hablar. Lo cierto es que la persona que partió la unidad opositora fue Martín Menem.

A esto hay que sumar un dato demoledor. Hace apenas 6 años, Quintela y Carlos Menem compartieron campaña, uno como candidato a diputado provincial y el otro, a senador. El discurso anticasta que al mismo tiempo reivindica al ex presidente es una contradicción con patas. Todos tienen contradicciones, pero algunas son insalvables. Esta es una de ellas.