*Por Juan Pablo Parrilla

Como reveló el martes EL FEDERAL ONLINE, el Colegio Médico de La Rioja les envió el lunes a sus afiliados un listado con el valor que deben pagar los pacientes a modo de “bono compensatorio” a partir de esta semana. El principal problema es que aunque se trata de un conflicto entre prepagas, obras sociales y prestadores, los principales perjudicados son los pacientes.

Con esta iniciativa, La Rioja se sumó a otras provincias, como Mendoza o Córdoba, donde está funcionando el copago obligatorio. Además, hay 33 sociedades y federaciones médicas de distintas especialidades de todo el país que tomaron una medida similar. La idea es que el profesional cobre 6 mil pesos por consulta. Si la prepaga u obra social abonan menos, la diferencia la deben afrontar los pacientes.  

La Superintendencia de Salud por ahora no intervino en el conflicto, porque lo considera un asunto entre privados, pero -como siempre- los platos rotos los paga la parte más débil, en este caso, los pacientes. Y las obras sociales y prepagas reaccionaron de distinta forma, por lo que no hay nada concreto hasta ahora. 

En Mendoza, por ejemplo, la modalidad que se adoptó al principio no fue la del bono, sino la de dejar de aceptar afiliados a obras sociales y prepagas. La consulta se tomaba siempre particular y costaba $6 mil. Algunas obras sociales decidieron devolverle el dinero a sus afiliados y otras, una parte. Por ejemplo, Omint les daba $4.250, casi lo mismo que Osde. Swis Medical, Medifé, Sancor Salud y Galeno reconocían $4.000, mientras que Boreal, Prevención, Medicus y Federada reintegraban menos de $3.200. 

De entrada, hubo médicos en Mendoza que salieron a sugerir que los pacientes pidan reintegros, pero algunas prepagas se los empezaron a descontar, por lo que la situación se volvió oscura. A su vez, en los primeros días de aplicación de la medida hubo una caída del 50% en la cantidad de pacientes que se atendían en entidades privadas y al final hubo una nueva decisión de los profesionales: pedir un bono compensador, como en La Rioja o Córdoba.  

La Unión Argentina de Salud (UAS), por su parte, sugirió que los afiliados hagan las denuncias correspondientes, porque los coseguros forzados disfrazados de bonos violan el artículo 42 de la ley 23.661, lo que podría derivar en sanciones.  

Dos médicos consultados para esta nota confesaron que no dan factura por el temor a ser sancionados por la Superintendencia o a sufrir descuentos de las prepagas.

Algo similar ocurre con las clínicas. “Si el paciente quiere factura tiene que pedir una consulta particular, que cuesta $6 mil pesos”, dijeron a EL FEDERAL ONLINE en la Maternidad Privada. 

Otros, como el Incor, tienen un sistema que desalienta la facturación. “El paciente tiene que acercarse de 8 a 13 horas por administración a pedir una factura”, explicaron a este medio. Esto es claramente una dificultad, sobre todo para los pacientes que se atienden por la tarde, que deben volver y perder tiempo para que la clínica cumpla con su obligación tributaria.

Por otra parte, afiliados a Swiss Medical en La Rioja informaron a este medio que solicitaron el reintegro y que a las 48 horas del pedido la prepaga todavía no había respondido. “Nunca se demoran tanto, no deben saber qué hacer”, sugirió la fuente. Una situación parecida describió un paciente de Galeno.

A diferencia de lo que ocurrió en otras provincias, en La Rioja el Colegio Médico apenas lo divulgó, sin grandes campañas ni precisiones. Los pacientes se enteraron en los consultorios. Recién ayer la presidenta del Colegio Médico, Paola Macías, salió a hablar del tema en Rioja Virtual. El martes, cuando EL FEDERAL ONLINE le preguntó por el copago en negro, dejó de responder a los mensajes de este medio.

Hace unos días, las cámaras empresariales y prepagas nacionales salieron a quejarse en los medios. Lo primero que aclararon es que esta modalidad no está habilitada. No es legal. Y Cámara de Entidades de Medicina Privada (Cempra) subrayó que es ilícito negar la atención a un afiliado que no quiera pagar el bono. Lo que algunas clínicas porteñas y bonaerenses estudian es la posibilidad de implementar un bono voluntario, algo que no parecería solucionar el conflicto.

Naturalmente, no está en duda que los médicos deben tener mejores ingresos y que vienen padeciendo un sistemático abuso por parte de las obras sociales y prepagas. Pero, como se dijo, los que también están sufriendo la situación son los pacientes, que muchas veces terminan pagando dos veces la consulta, primero a la obra social o prepaga, y después al profesional.