*Por Ángel Flores

El pasado 18 de marzo, Pablo Walter Gutiérrez, alias “Ganso”, declaró como imputado colaborador ante la fiscal Virginia Miguel Carmona. Había sido detenido el año anterior por tráfico de drogas. Confesó que le había pagado una coima al auxiliar fiscal Martín Apóstolo para conseguir beneficios procesales para él, su pareja y su cuñado. Su testimonio disparó una investigación que terminó con Apóstolo procesado y con prisión domiciliaria.  

Antecedente 

Gutiérrez ya había sido tapa de los diarios en La Rioja. En abril de 2013 fue condenado a 11 años de prisión por el crimen de Américo Argentino Britos, un sujeto con antecedentes que fue acribillado el 29 de marzo de 2011 en su casa del barrio San Vicente. Recibió cuatro balazos por la espalda y uno en pecho.  

Britos, a su vez, tenía una condena previa por un homicidio y por acuchillar a un joven. Gutiérrez se entregó unos días después del crimen (ver foto) y contó que la víctima era una mala persona con la que tenía una “relación perversa”, que lo “sometía desde adolescente” y que la noche del crimen fue a hablar con él.

Según su testimonio, en algún momento Britos sacó un revólver calibre .32 e incluso llegó a gatillar. “Ganso” admitió que lo mató, pero alegó que fue en defensa propia. Primero, dijo, le quitó el arma, después le disparó en la clavícula y luego gatilló mientras escapaba de la casa. No obstante, la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de la Capital no aceptó el argumento de la legítima defensa y lo condenó. Este medio no pudo corroborar cómo siguió el proceso.

Apóstolo, el cobrador 

Gutiérrez relató el 18 de marzo pasado que “desde hacía aproximadamente un año, estaba recibiendo exigencias de dinero por parte de Martín Román Apóstolo, auxiliar fiscal de la Fiscal General ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja, a cambio de mantener la prisión domiciliaria que se le había concedido en el mes de marzo de 2022 en otra causa”, según consta en el auto de procesamiento al que accedió EL FEDERAL ONLINE. 

“Ganso” recordó que 8 ó 9 días tras su liberación, Apostólo apareció en su casa, “golpeándome la puerta en un vehículo Ford Ranger color azul, enojado, diciéndome que yo le tenía que pagar a él la suma de 400 mil pesos”. En realidad, admitió, el acuerdo era por 200 mil pesos, “pero como el dólar se fue por las nubes le tenía que pagar 400 mil pesos”. Según Gutiérrez, Apóstolo le dijo que “le debía la salida a él” y que “así como él me sacó, él me iba a meter preso a mí otra vez”. Le pagó, dijo, 150 mil pesos primero, y luego hubo más pagos de 50 mil pesos. “Lo tenía como un colombiano en la puerta de mi casa”, graficó.  

En su testimonio, Gutiérrez aseguró que estuvo un año “extorsionado” y que durante ese tiempo le pagó a Apóstolo la suma de 600 mil pesos en efectivo. “La libertad muchas veces no tiene precio y, no sé, mal por mí, por no haber… no sé, me sentí apretado”, planteó. 

Gutiérrez había sido detenido el 16 de enero de 2022 por tráfico de drogas junto a su pareja, Yamila Alajandra Mercado, y su cuñado, César Alberto Mercado.

De acuerdo la hipótesis del juez José Quiroga Uriburu, ese mismo día una persona llamada Manuel Guerrero se contactó con Mercado, que estaba detenida en la Unidad de Asunto Juveniles de la Policía. Le dijo que él podía lograr su liberación y la de Gutiérrez a través de Apóstolo, quien ya había beneficiado a su hermana, arrestada en otro expediente. 

Según se desprende del teléfono Samsung S8+ que Gutiérrez entregó voluntariamente tras su declaración y del celular de Apóstolo, secuestrado en un allanamiento, al otro día Guerrero le envió un mensaje de audio al auxiliar fiscal, a quien le contó que unos allegados habían tenido un “problemita con droga”, si podía “proceder a ello”, que el dinero no era problema, que “plata” había. “Mañana lo vemos”, contestó el funcionario. 

Ese mismo día Guerrero le pasó el nombre y el DNI de Gutiérrez y Mercado, y Apóstolo le respondió que en el caso tenía que tomar intervención el abogado Gabriel Pavón. Luego le pasó el contacto del letrado por WhatsApp y le dijo que coordine con él. Este medio no pudo confirmar si Pavón declaró como testigo.

Lo cierto es que el 4 de febrero fue finalmente liberada Mercado, a partir de un pedido del abogado Pavón, que contó con dictamen favorable de la fiscal María Virginia Miguel Carmona. Poco después, según la resolución del juez Quiroga Uriburu, Apóstol se presentó en la casa de Mercado, dijo que era el fiscal de la causa y que iba a realizar más gestiones para liberar a Gutiérrez. 

El 22 de febrero, Guerrero volvió a interceder. Le pidió a Apóstolo que ayude a Gutiérrez, le preguntó si podía “hablar con el juez” y le aclaró que podía “poner unos pesos”. Unos días después se reunieron en la Fiscalía General y Guerrero le preguntó por mensaje cuál era “el precio”. Ese mismo día, el 25 de febrero, le dieron turno a Gutiérrez para que se haga un examen en el Hospital Vera Barros. Apóstolo le aclaró a Guerrero que ese paso era importante para que “estén dadas las condiciones” para la prisión domiciliaria. 

Apóstolo y Guerrera volvieron a contactarse el 10 de marzo. El funcionario le dijo que estaba todo encaminado, que ya había hablado con la persona que firmaba el expediente.  

Al otro día Apóstolo le escribió a una persona guarada en su celular como “HP Daniel 1”, identificado en el expediente como el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena. Le mencionó el caso de Gutiérrez y le dijo: “Tiene dictamen en contra, pero haceme ese favor”.

Efectivamente, esta vez la fiscal Migul Carmona, a diferencia del caso de Mercado, había dictaminado contra la prisión domiciliaria de Gutiérrez. El pedido lo había presentado el abogado Gabriel Pavón. Pero a pesar de la opinión desfavorable de la fiscal, Gutiérrez fue liberado 10 días después. En el medio, Apóstolo le fue contando a Guerrero lo que pasaba con el expediente y le reenvió dos mensajes en los que alguien le informaba que ya había sido concedida la prisión domiciliara.

Dos días más tarde, el 23 de marzo, Guerrero le dijo a Apóstolo que le iba a pasar su contacto a Mercado “para que arreglen ustedes”. Faltaba, al parecer, el pago de la coima. 

Al otro día empezaron los mensajes de Apóstolo a Guerrero para intentar cobrar. Le escribió el 24 de marzo pidiéndole que “active”. Veinticuatro horas más tarde le dijo que “por favor vaya a hablar y solucione”, y el 28 volvió a insistir: “Decime si hay alguna novedad porque me están taladrando la cabeza”. La respuesta fue concreta: “Sí, jefe, perdón, la están juntando”.

Apóstolo también se comunicó en los días siguientes con Gutiérrez. “Son 200 caramelos por vez”, le envió el 22 de abril. “Sí, lo sé, pero yo hablé dos pagos de 100. Soy de palabra, ya me vas a conocer, hermano”, respondió “Ganso”.  

Las conversaciones duraron muchos días. El 28 de abril, Apóstolo le recriminó a Guerrero que todavía no había cobrado. “Usted fue su garante, así que por favor solucione el tema”, le reprochó.  

El 16 de mayo, Guerrero le envió varios mensajes al auxiliar fiscal. Le dijo que “esta gente” le había pedido “que los espere”. Le solicitó una reunión, que se habría dado en la casa de Apóstolo. El 20 de mayo volvieron a hablar. “Nada, doc, esta gente se hace la dura para largarla”, escribió Guerrero. Tres días después le mandó una captura de una conversación en la que le pedía a “Ganso” que “arregle el tema del fiscal”.

Además de Gutiérrez y Mercado, junto a ellos hubo un tercer detenido, César Alberto Mercado, hermano de la mujer y cuñado de Gutiérrez. Hay conversaciones que indicarían que Apóstolo también habría operado para beneficiarlo. Así, por ejemplo, hay un diálogo registrado 11 de agosto con el usuario “Dra Silvina Martínez”, a quien Apóstolo le escribió para consultarle si iba a asumir la defensa de César Mercado, algo que finalmente fue confirmado el 25 de agosto. 

Más conversaciones. El 8 de septiembre, Apóstolo le reenvió un mensaje a Gutiérrez que decía: “Hola, doc, buen día. Ahí saque unas medidas como para avanzar, socio ambiental y antecedentes, para ver si ya teniendo eso que acredite su arraigo sea bueno para el detenido”. El funcionario agregó al mensaje reenviado: “Hola, hermano, trabajando en tu cuñado”. 

César Mercado había presentado varios pedidos de excarcelación, dos a través de los abogados José Luis ntaperto y Gonzalo Carrizo, y otro vía el defensor oficial José Chumbita.

El 14 de septiembre, Apóstolo volvió a reclamarle dinero a Gutiérrez. “Esta semana sí o sí te junto, ando pataso”, le respondió “Ganso”. “Por favor, cumplí o pedí para cumplir. Ya se hizo muy largo”, replicó el funcionario.  

Una semana después se dio un diálogo similar. “Martin, ando a full esperando cobrar una venta que estoy haciendo de un terreno”, le dijo Gutiérrez. Apóstolo contestó: “Necesito urgente, hermano. Acomodate en un par de días”. 

En el medio de esos diálogos, de los celulares de ambos se desprende que tuvieron otros encuentros presenciales con el fin de concretar los pagos.  

En los días siguientes Apóstolo se puso pesado. Primero amenazó a Mercado. “Decile a Pablito que se reporte, porque si no va a volver al hotel”, dijo, en referencia a la alcaidía. “No me boludiés, que después te vas a meter en problemas”, agregó. Y lanzó una frase que podría ser la punta de un iceberg. Aseguró que el dinero era para “la gente de arriba”, “con cargos altos”. 

Las huellas del crimen 

El 18 de marzo de 2023, en el marco de la causa que tenían Gutiérrez y Mercado por distribución de drogas, la justicia allanó su casa, sobre la calle Paysandú. Poco después hubo un intercambio de mensajes entre Gutiérrez y Apóstolo, quienes se encontraron finalmente en el domicilio del supuesto narco. El objetivo era que Gutiérrez eliminara los mensajes que le había enviado Apóstolo pidiendo dinero. Borrar las pruebas del delito.

Ese mismo día, al parecer, Mercado fue detenida. Gutiérrez le escribió. “Tengo a mi mujer presa por un allanamiento en Las Malvinas. Yo te devo 40. ¿Cuánto me saldría el chiste para sacarla con domiciliaria de nuevo, más o menos, como para juntar urgente? ¿Qué abogado pongo? ¿O me arreglás vos? ¿Más de la otra vez, 400, o igual? ¿Me la sacás y después arreglamos?”. La respuesta de Apóstolo fue escueta: “No hay problema”. Y le sugirió que designe como abogado al defensor oficial.  

Procesado 

Apóstolo y Guerrera fueron finalmente procesados. El único que está con prisión domiciliaria es el ex funcionario, los otros dos, sin prisión preventiva. 

A Apóstolo se lo acusa de haber comida cuatro delitos: concusión agravada, tráfico de influencias agravado, prevaricato fiscal e incumplimiento de los deberes de funcionario público. 

En total, el juez identificó cuatro hechos delictivos, lo que incluye su supuesta participación irregular en una decena de casos que EL FEDERAL ONLINE irá revelando en los próximos días.

*La foto de Gutiérrez es gentileza del diario Nueva Rioja.

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