*Por Juan Pablo Parrilla
La realidad financiera de la provincia en los próximos años será más que compleja. Al riesgo de perder los fondos extracoparticibles se suma otra circunstancia. En su afán de llegar al Sillón de Rivadavia, Sergio Massa modificó el impuesto a las ganancias y lanzó el “compre sin IVA”. Las dos medidas afectan a las provincias, porque el 60% del impuesto a las ganancias es coparticipable, al igual que el 54% del IVA. Milei ya advirtió que mantendrá las dos rebajas de impuestos, a lo que se sumará la poca actividad económica, lo que se sentirá en la recaudación.
En otras palabras, habrá menos dinero disponible para las provincias incluso por la principal vía que la Casa Rosada mantendrá para financiarlas.
En este punto aparece una de las grandes preguntas del escenario político: ¿qué hará Martín Menem? Es la única persona de la provincia con capacidad de influir sobre Javier Milei. Pero la alianza entre radicales y macristas se quedó sin referentes, y Menem arranca hoy como el principal rival del peronismo de cara al 2027. Ante ello, el interrogante: ¿peleará por fondos para Quintela o hará un lobby silencioso para desfinanciar a la provincia?
Esa pregunta anticipa los dos discursos políticos y mediáticos en los que el peronismo y los libertarios basarán su agenda: en los próximos años el gobierno provincial acusará a Milei de vaciar de fondos a la provincia y Martín Menem alegará que Quintela administra mal el dinero.
Menem sabía que para posicionarse a nivel local era mejor permanecer en su banca en la Legislatura provincial, pero Milei improvisó hasta donde pudo para armar las listas en el interior, necesitaba dirigentes de confianza en el Congreso y ni siquiera conoce a la mayoría de sus diputados y senadores. En parte por eso (y por su evidente proyección) lo eligió para presidir la Cámara de Diputados, lo que será una enorme vidriera para el sobrino de Carlos Menem, que tiene decidido dar batalla por la gobernación en 2027.
Hay algo más que poco se habló hasta ahora. La gente de Milei deberá designar decenas de cargos nacionales en La Rioja, como directivos de ANSeS, AFIP y PAMI, pero LLA en la provincia es un movimiento que gira en torno a la figura de Martín Menem, no tiene dirigentes con experiencia e incluso hay desconfianza con algunos de ellos, que sospechan que son infiltrados del quintelismo.
La primera pregunta es si sumarán dirigentes del macrismo, que aportaron fiscales para las elecciones locales. Por ahora ni siquiera hay diálogo entre ambos espacios, sólo alguna manifestación casual de que deberían sentarse a charlar, pero están esperando más definiciones nacionales antes de dar cualquier paso.
Según las fuentes consultadas, sí hubo contactos con Néstor Bosetti y con Ángel Mazza. El primero podría ser funcionario y el segundo podría ubicar a alguna persona de su confianza. La versión, no obstante, fue rotundamente desmentida por fuentes de LLA. Aseguran que van a buscar “gente capacitada”. “Acá no va a llegar nadie por haber militado”, sentenciaron.
Una posibilidad es que los mileistas busquen trabajadores de carrera dentro de los organismos nacionales para que sean sus directores en lugar de poner a un dirigente político. El PRO de Julio Sahad lo hizo en el pasado. Sería una señal importante de Martín Menem de que efectivamente no buscan cargos para negociar, sino un Estado eficiente.
¿De dónde saldrá el dinero?
El problema de los ajustes es que el Estado recauda cada vez menos y, por ende, necesita achicar el gasto cada vez más para que las cuentas cierren. El argumento de Milei en campaña fue que, además a ajustar, bajará impuestos, lo que hará aumentar la actividad económica y, por ende, la recaudación. También se dijo que equilibrar el gasto público hará caer las tasas de interés, lo que permitiría que las empresas tomen créditos e impulsen sus sectores. Pero para ajustar y bajar impuestos al mismo tiempo se necesita un ajuste mucho más brutal. Y aun si todo lo que plantea Milei funciona, lo que se avecina en el corto plazo es una gran crisis.
¿Negociarán peronistas y libertarios votos afirmativos en el Congreso a cambio de financiamiento, como en el pasado lo hizo Sergio Casas con Mauricio Macri? ¿El gobierno provincial buscará otra fuente de financiación? ¿Los municipios crearán nuevas tasas para financiarse? ¿Vuelve el estacionamiento medido a la capital provincial?
Una alternativa es la minería. Milei la quiere. Quintela también. Hasta ahora sólo se habló de litio en La Rioja, pero el proyecto sanjuanino Josemaría sueña con expandirse a este lado de la frontera y ya contrató para empezar a estudiar la cuestión social a la consultora Velasco, que conduce Karina Viñas, ex compañera de fórmula de Luis Beder Herrera. También abrió una oficina llamada “De escucha permanente” en Guandacol para trabajar la legitimación social. Los procesos de la minería son muy lentos y largos, pero no hay que descartarlo. EL FEDERAL ONLINE contactó a la responsable de prensa del proyecto, pero no contestó a las preguntas.
Juntos por La Rioja en buena parte creció en la provincia gracias a su oposición a la megaminería antes de tener alguna cunota de poder. Hoy el futuro de ese espacio es un misterio. En el peronismo hay plena conciencia de que necesitarán fortalecer ese sector de la oposición para hacerle sombra a Martín Menem. “Polarizar sólo con los libertarios puede ser suicida”, sintetizó una de las fuentes consultadas para este artículo.
En paralelo, habrá que mirar de reojo lo que ocurre en la calle, que será uno de los protagonistas de los años que se vienen. Los movimientos sociales, si Milei cumple con su palabra, se verán debilitados, aunque la crisis puede fortalecerlos. Por ejemplo, el Polo Obrero riojano, que se anotaba en todas las protestas gracias al “peaje” que les cobra a los beneficiarios de planes sociales (tema investigado en el pasado por EL FEDERAL ONLINE), podría ver pulverizada su estructura si dejan de ser intermediarios entre el Estado y los que necesitan la ayuda. Algo similar podría pasarle al Movimiento Evita de Cacho Luna, que hasta hace poco soñaba con pelearle la Capital a Armando Molina.
Lo cierto es que nadie sabe hasta dónde profundizará Milei el cambio o si se repetirá la historia. La única certeza es que habrá cambios y crisis. “La política” ya empezó a mirar al 2025 y al 2027, pero en el medio hay demasiada incertidumbre por delante. Argentina, sin duda, no será la misma que antes del 2023, aunque habrá que ver si la historia cambia o se repite ese país pendular que nunca puede salir de la dinámica de crisis, expansión del gasto, inflación y ajustes.