[REDACCIÓN EL FEDERAL] La primera lección que deberían saber todos los actores involucrados en la regulación de UBER en La Rioja es que la llegada de las plataformas digitales de transporte es imposible de frenar. Así ocurrió en todo el mundo, porque en un mercado en el que mandan los consumidores no se puede parar lo que los beneficia.
En ese marco hay que contextualizar la polémica. Hay un proyecto para regular UBER y otras aplicaciones que está en estudio en la comisión de Servicios Públicos del Concejo Deliberante, pero pasan las semanas y fundamentalmente no avanza porque no hay conseno dentro del oficialismo. La comisión es integrada por cinco ediles, tres de los cuales son peronistas: Gonzalo Becerra, Ximena Marenco y Alberto Centeno. La completan Luciana De León y Carlos Roncoroni, quienes pretenden que el tema se trate, pero están en minoría.
Tal como reveló EL FEDERAL ONLINE, el proyecto original incluye, entre otras cosas, la necesidad de contar con una habilitación para conducir UBER (que costaría unos $8.500), multas bajas y seguros obligatorios.
Uno de los temas sobre los que hay controversia es la posibilidad de convocar a una audiencia pública. Según las fuentes consultadas, hay concejales que se resisten pese a que sería una buena oportunidad para que el Concejo Deliberante cobre algo de sano protagonismo, tras una sucesión de escándalos en los últimos años. ¿Será que hay miedo a lo que se pueda llegar a decir en esas audiencias?
Este martes desde La Libertad Avanza salieron a sentar posiciones. El bloque no tiene representantes en la comisión por la controversia en torno a la renuncia del concejal Diego Molina Gómez. “No estoy de acuerdo con que se prohíba a UBER, pero tampoco debemos tomarlo a la ligera. Los libertarios apuntamos a la desregulación, que no dependa netamente del Estado, no así en cuanto al control, ya que algún control tiene que haber, como la seguridad, la cual es innegociable en todo sentido”, explicó la concejal Karina Martínez.
Ayer se esperaba una mega protesta de taxistas, con cortes para sitiar el acceso a todo el centro, pero evidentemente no les dio la fuerza y apenas hubo un par de piquetes. Es que hay taxistas que ya están trabajando con UBER, otros que son conscientes de que hay otros intereses en juego (¿dirigentes interesados en promover una u otra actividad por cuestiones personales?) y de que este debate, en todos lados, lo perdieron los taxistas.
Aquí hay que hacer una aclaración. Es verdad que el serivcio de UBER es muchísimo mejor para los consumidores y que faltan taxis y remises en la capital provincial, pero no es menor remarcar que los choferes pagan licencias para tener el monopolio de la calle, algo que perderán en el futuro. Por eso muchos creen que la verdadera finalidad del reclamo es forzar una negociación con el gobierno.
Por otra parte, tampoco hay señales, al menos hasta ahora, de que UBER vaya intervenir. La empresa sí dio la cara en algunos lugares en los que hubo debate e incluso en provincias como Mendoza la regulación forzó a la empresa a tener una oficina comercial. En otros lugares, como la Ciudad de Buenos Aires, hay incentivos económicos de la compañía a los taxistas. Algunos se preguntan si acaso los no están esperando alguna movida por ese lado.
La próxima sesión del Concejo Deliberante será el miércoles 12. Al menos por como están las cosas ahora, no hay la más mínima certeza de que el tema pueda llegar al recinto. No es un tema que a simple vista parezca muy complejo y hay lecciones para aprender sobre distintos formatos de regulaciones que hay a lo largo y ancho del planeta. Es cuestión de ponerse de acuerdo. De eso se trata la política.