Cuando caía la tarde del sábado 8 de junio, hace tres semanas, en el predio que el Club Tala tiene en el noroeste de Córdoba capital, mientras se jugaba un partido de rugby, desconocidos robaron tres camionetas de alta gama. Nunca aparecieron. Ayer se repitió la escena en La Rioja, con el hurto de tres camionetas Toyota, pero la diferencia es que esta vez dos de los tres vehículos fueron abandonados.

Los investigadores manejan distintas hipótesis. Fuentes consultadas por EL FEDERAL dijeron que los vehículos pueden haber sido robados para cometer otro delito o para su desguace y venta de autopartes, pero la hipótesis más firme es que el objetivo es sacarlos del país. Creen que usan inhibidores y un dispositivo llamado ECU, cuya función se explica en esta nota junto a varios antecedentes.

El primer robo en La Rioja fue ayer después del mediodía. A las 13 horas estacionaron una Toyota SW4 blanca en la avenida Perón. Cuando el dueño volvió, tres horas más tarde, había desaparecido. La hallaron poco después frente al Parque de la Ciudad. Muy cerca de allí, una hora más tarde, se llevaron la patente de otro vehículo Toyota, al que también le robaron la rueda de auxilio.

Poco después, alrededor de las 17 horas, robaron otra camioneta de la misma marca y modelo en el estacionamiento del supermercado Vea, pero fue encontrada más tarde en una estación de servicio Shell. También a esa hora, más o menos, hurtaron una segunda patente de otra camioneta Toyota.

Y finalmente, alrededor de las 19 horas, robaron en la feria del club Andino una Toyota Hilux roja, que sigue sin aparecer. Su patente es AC089GU.

Primera pregunta: ¿por qué dos de las camionetas volvieron a aparecer? Hay distintas hipótesis. Según las fuentes, una posibilidad es que los delincuentes vieron que en las redes sociales había información comprometedora.

Segunda pregunta: ¿por qué no usaron las cámaras de seguridad para seguirle el rastro a los delincuentes? Según las fuentes, hoy sólo estarían funcionando 14 cámaras del 911.

Las mismas fuentes indicaron que se reforzaron en las últimas horas los controles en las rutas, con presencia de personal de infantería.

Ayer nomás también le robaron la camioneta Toyota Hilux al intendente de la localidad santafecina de Rufino, Natalio Lattanzi, mientras estaba de vacaciones en Villa Carlos Paz. Hasta ahora, no hay información oficial por parte de las autoridades policiales sobre este hecho.

Hay muchos antecedentes más. A mediados de abril, la División Investigación del Robo Organizado de la Policía Federal Argentina logró desarticular una organización delictiva especializada en el robo de camionetas de alta gama, específicamente Toyota Hilux, en territorio porteño. Habían logrado sustraer al menos cuatro vehículos cuando fueron detenidos.

Esa banda usaba un sofisticado método: encendían el motor de los vehículos al conectarlas a computadoras, copiaban las llaves y luego elaboraban documentación apócrifa de los vehículos, para luego venderlos en países limítrofes o a nivel local a través de internet.

Unos meses antes, en septiembre de 2023, cayó una banda de ladrones chilenos que logró robar 16 camionetas 4×4 en apenas 35 días. Estaban especializados en Nissan Frontier. Su objetivo era llevárselas a Paraguay, tras alterar las placas patentes y confeccionar documentación falsa. La banda fue desbaratada, tras una investigación a cargo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El operativo culminó con la detención de diez sospechosos.

A fines de abril pasado, en un operativo en Córdoba en el barrio San Roque la policía encontró un dispositivo ECU. Se trata del sistema que los delincuentes más usan para robar vehículos de alta gama, que tienen un sistema electrónico y otro mecánico, que se conectan con una ficha. Los malvivientes acceden a ellos gracias al dispositivo, deshabilitan los mecanismos de seguridad y se hacen del rodado.

El ECU es, en los hechos, un interruptor de sistema electrónico. Consta de una ficha que se coloca en una de las computadoras de los autos de alta gama. Cuando una persona estaciona, se lo inhiben sin darse cuenta. Luego, el ladrón saca la ficha y la conecta al aparato que le permite, mediante otro dispositivo, desconectar la computadora y los sistemas de seguridad del auto, que queda neutro.