[REDACCIÓN EL FEDERAL] La bronca entre los policías de la Unidad Regional V de la policía riojana es grande, luego de que volviera a ser demorado Mario César Battistini, el sujeto condenado por narcolavado que hace unas semanas se negó a hacer un control de alcoholemia en Chamical. 

Aquella vez amenazó a los policías por supuestos contactos en el gobierno provincial y a las pocas horas lo dejaron ir y le devolvieron su vehículo.  

Esta vez también amenazó a los uniformados que intentaron demorarlo en medio de una gresca, pero quedó detenido, aunque no por un delito, sino por una contravención.  

Fuentes policiales y judiciales indicaron a EL FEDERAL ONLINE que el último episodio que tiene como protagonista a Battistini, de 46 años, ocurrió en la madrugada del domingo, cuando personal policial que recorría la zona de la terminal de Olta vio que un grupo de personas estaban realizando desórdenes. Una de las fuentes indicó que se trataba de una pelea.  

Lo cierto es que cuando la policía quiso intervenir, los sujetos se resistieron. El parte oficial al que accedió este medio subraya expresamente que agredieron con “golpes de puño” a la policía. No obstante, esta mañana en una entrevista con Open FM, el comisario José Puscama precisó que los uniformados no resultaron heridos. 

Finalmente, en medio de amenazas a la policía por sus supuestos contactos, Battistini fue arrestado junto a otras tres personas: Eros Morales Berteto, de 43 años y Rodrigo Oliva, de 24 años, ambos con domicilio en Olta, y Guillermo Gustavo Fernández, con domicilio en Río Cuarto, al igual de Battistini.  

Los cuatro quedaron alojados en la comisaría de Olta, sospechados, según las fuentes, por infracción al Código de Faltas. En concreto, los acusaron, por un lado, de violar el artículo 32, inciso b, que reprime con multa o arresto de hasta 30 días a “los que perturbaren el orden público”. Por otro, los culparon de infringir el artículo 34, que establece una pena de multa o hasta 15 días de arresto para los que “se encontraren o transitaren en estado de ebriedad escandalosa”. 

Battistini ya era un nombre familiar para la policía riojana. En la madrugada del 22 de agosto, tras un baile del “Loco” Amato en Chamical, a la salida de un baile, dos agentes demoraron a una Volkswagen Amarok, en la que circulaban cinco personas, entre ellos, Battistini, que estaba en el asiento del conductor. Según el acta de la policía, “tocaban bocina y molestaban a los transeúntes”. Un testigo corroboró a este medio que estaban “zarpados”. “Molestaban a todo el mundo, a las chicas, a la policía, a todo el mundo. Gente muy pesada”, precisó. 

En esos instantes se produjo un momento de tensión, porque el Battistini se negó a bajar del vehículo y a identificarse, y rechazó hacer el control de alcoholemia. Un testigo contó que comenzó a increpar a los policías y a decirles que los iba hacer echar, porque que tenía contactos entre las autoridades. “Ahora lo llamó al gobernador”, advirtió. También amenazó a los periodistas que se acercaron a registrar el hecho. 

Finalmente, tres horas más tarde, Battistini desistió y mostró su documento. El test de alcoholemia registró la máxima graduación, por lo que confirmó que estaba muy borracho. Entonces los policías decidieron trasladarlo hasta la comisaría primera junto a otro sujeto de apellido Agüero, por infracción al Código de Faltas. 

Fuentes policiales indicaron a EL FEDERAL ONLINE que se le labró una multa por $832.000, pero que por la tarde fue liberado por orden de autoridades superiores y que no canceló la infracción. “Calificaron el hecho como una mera contravención y lo dejaron ir”, indicó la fuente.

La misma fuente afirmó el segundo episodio de este fin de semana generó mucha bronca entre los policías, porque el primero “no tuvo consecuencias” y ahora volvió a amenazar a todos y hasta golpear a compañeros. 

Eso no era todo. Battistini ya había sido noticia en Córdoba, porque fue condenado el 14 de mayo de 2022 a 3 años de prisión de cumplimiento condicional y a pagar una multa de $7,6 millones por ser considerado partícipe necesario del delito de lavado de activos. 

Esa causa a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de Córdoba tuvo otros 17 condenados, la mayoría hallados culpables de inscribir a su nombre bienes que fueron adquiridos con dinero proveniente del narcotráfico o de actuar como intermediarios comerciales. 

Entre los condenados se encuentra el ex jefe de Investigaciones de la Unidad Departamental de Policía de Río Cuarto, subcomisario retirado Gustavo Oyarzábal, que recibió una pena de cuatro años y diez meses de prisión por considerarlo partícipe necesario penalmente responsable del delito de asociación ilícita en dos hechos