En 2014, la Secretaría de Tierras y Hábitat Social de La Rioja, bajo la dirección de Ariel Puy Soria, cedió 208 lotes a un grupo de vecinos de Olta en el departamento de General Belgrano, en lo que hoy llaman Barrio Nueva Esperanza, mediante un comodato de diez años, con la promesa de renovación al vencimiento.
Sin embargo, con la fecha límite aproximándose en noviembre, las familias viven una profunda incertidumbre: carecen de servicios básicos y enfrentan la amenaza de perder sus hogares. La situación se agrava por denuncias de irregularidades y clientelismo político por un dirigente y funcionario municipal.
El loteo se encuentra a la salida de Olta yendo hacia la ciudad de Chañar por la ruta 28.
Las empresas de servicios públicos se niegan a instalar infraestructura, alegando que los terrenos no cumplen con los requisitos legales. A su vez, los lotes permanecen judicializados, ya que el Estado no completó el pago por la expropiación. Paralelamente, el puntero local, Pablo Orlando “Nano” Díaz, asignado como administrador, ha continuado gestionando la entrega de terrenos que no están incluidos en el comodato original, lo que ha generado nuevos conflictos por usurpación.
Díaz, un conocido operador político en la zona, fue quien organizó a los vecinos hace más de una década mediante cortes y protestas para obtener los lotes. Hoy, se le acusa de manipular la entrega de tierras, cobrar a los vecinos por servicios que nunca llegaron y usar la lucha vecinal para impulsar su carrera política, ocupando actualmente un cargo público.
En las últimas horas, el dirigente y funcionario político, posteó una publicación en la red social Facebook.
En el posteo, Díaz defiende su gestión en los lotes, y en el último párrafo critica a quienes militan para Milei: “Mientras trabajamos y llevamos esperanza y soluciones a la gente, otros que militaron y militan para Milei, apoyan las políticas crueles que sufre el pueblo, solo se dedican a desacreditar, a quienes hacemos algo todos los días por la sociedad. Bendiciones”
La frustración crece entre los vecinos. Uno de ellos describe las condiciones en las que viven:
“Las cañerías de agua están tiradas sin uso desde hace casi cuatro años. Dependemos de mangueras precarias y, cuando hay cortes, pasamos hasta cuatro días sin agua. Lo mismo sucede con la luz: los cables que nos extienden otros vecinos recorren más de 180 metros. A pesar de nuestros reclamos, no recibimos respuesta ni visitas de las autoridades”.
Este testimonio, uno de tantos, revela el abandono que sienten las familias. Muchos recuerdan cómo todo comenzó hace más de diez años, cuando Díaz encabezó movilizaciones y consiguió que el entonces gobernador Beder Herrera y Puy Soria entregaran los lotes en comodato. Sin embargo, con el paso del tiempo, las promesas de regularización y servicios se fueron diluyendo.
“Díaz empezó a lucrar con las tierras”, relata otro vecino. “Si no limpiabas el lote o no construías algo en unos meses, te lo quitaba. Hubo muchas ventas sospechosas, y algunos dimos dinero para comprar materiales de agua, pero el servicio nunca llegó”.
La situación de precariedad se profundiza ante la negativa de las empresas de servicios. Edelar y Aguas Riojanas se han negado a proveer luz y agua. Esta desprotección legal y falta de soluciones mantiene a las familias al borde de perderlo todo, mientras los responsables políticos permanecen en silencio.
Fuentes de EL FEDERAL ONLINE consultaron con un alto funcionario de Tierras y Hábitat de la provincia, y adelantó que “todos los que tengan legalmente los papeles en orden, tendrán la escritura”
La provincia de La Rioja sufre un grave déficit habitacional. El censo del 2022 arrojó que la población media de la provincia es de poco más de 384 mil habitantes y el déficit habitacional es de más de 22 mil hogares según números del propio gobierno superando, en porcentajes, la situación de otras provincias con millones de habitantes.
Si bien se han realizado numerosas campañas en pos de revertir esta situación los sectores más vulnerables se encuentran a merced de un dirigente y funcionario municipal, que sin muchas explicaciones mantiene en total precariedad a muchas familias que necesitan vivir dignamente.