Una nueva clasificación nacional revela qué provincias argentinas están más expuestas a terremotos y por qué es clave ajustar normas de construcción.
Después de cuatro décadas sin modificaciones, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) publicó una actualización crítica: un nuevo mapa que muestra con precisión las zonas del país con mayor peligrosidad sísmica. Esta herramienta, construida a lo largo de siete años de trabajo técnico y científico, se volvió clave para entender cómo se distribuye el riesgo en la Argentina.
El relevamiento clasifica al país en cinco niveles de amenaza, del 0 (muy bajo) al 4 (muy alto), y coloca a dos provincias en el foco máximo de atención: Mendoza y San Juan. En el norte mendocino y el sur sanjuanino, el mapa marca rojo intenso. Son las áreas donde la tierra tiembla con más frecuencia y potencia, debido a la interacción de placas tectónicas bajo la cordillera andina.
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La Rioja, una provincia con contrastes geológicos
Aunque no está en el epicentro del mapa rojo, La Rioja merece una atención particular. La nueva cartografía sísmica revela que el oeste provincial se encuentra en una zona de peligrosidad elevada, con clasificación 3. En contraste, el resto del territorio riojano se ubica en el nivel 2, considerado moderado. Esta situación convierte a la provincia en una franja de transición, donde incluso localidades cercanas pueden presentar diferencias en cuanto al riesgo estructural.
Según expertos del Inpres, no se puede hablar de un único nivel de amenaza por provincia. Dos viviendas dentro de la misma ciudad pueden tener características sísmicas distintas, lo que implica que la planificación urbana y las normas de edificación deben contemplar estudios localizados. En La Rioja, esta diversidad geológica obliga a prestar atención a cada caso particular.
El mapa incluye datos de temblores ocurridos desde 1471 hasta finales de 2019. Para su elaboración se utilizaron sistemas modernos que analizaron magnitud, profundidad, recurrencia y tipo de falla. Además, el trabajo se expandió más allá de las fronteras, considerando movimientos en países vecinos que podrían impactar a las regiones limítrofes.