La joven les sacaba dinero a cambio de no ventilar sus aventuras amorosas. La detuvieron el jueves y este viernes, a puertas cerradas, la condenaron. En la Justicia no quisieron dar a conocer el hecho.
Dos empresarios sanjuaninos fueron víctimas del chantaje de una muchacha que, aprovechando sus secretos mejores guardados, empezó a sacarles dinero hasta que ellos no pudieron soportarlo más. Así fue que ambos la denunciaron penalmente, entonces la chica terminó presa y este viernes la condenaron: recibió una pena en cumplimiento condicional y se salvó, por un pelo, de que la mandaran al penal de Chimbas.
El caso es tan escandaloso que los empresarios hicieron todo lo posible para que la Justicia no lo hiciera público. En parte lo consiguieron: el ayudante fiscal Pablo Ferrer cerró la puerta al periodismo y solicitó formalmente al juez de Garantías Mariano Carrera que la audiencia se mantuviera en privado. En ese secretismo firmaron un juicio abreviado con el defensor, el abogado Matías Díaz López, y condenaron a la muchacha de 26 años, de apellido Velázquez, a la pena de 3 años -la pena pudo ser más dura- de prisión en suspenso por el delito de chantaje, confirmaron fuentes judiciales. También le prohibieron acercarse y comunicarse con las víctimas.
El chantaje es una de las modalidades de la extorsión y en este caso comenzó a raíz de las relaciones extramatrimoniales de estos empresarios con la joven. Esa relación se extendió en el tiempo, pero aparentemente luego aparecieron conflictos entre los amantes o algunos maltratos por parte de los empresarios y, en respuesta, la muchacha se tomó revancha, según trascendidos.
A diferencia de los casos de los exfuncionarios judiciales Mario Parisi, Juan Pablo Ortega, y hasta de un juez de garantías denunciado, las audiencias fueron públicas. En este caso, impidieron el ingreso a la prensa.
Ahí empezaron los llamados y mensajes extorsivos de la joven para exigirles dinero a cambio de guardar el secreto de sus encuentros amorosos; caso contrario, les contaría todo a sus esposas y familiares, contaron allegados al caso. En Tribunales afirmaron que había menores involucrados y que por esa razón no divulgaban datos del caso. Sin embargo, una fuente del caso aseguró que la muchacha chantajeó directamente a los empresarios y no hubo contactos con chicos.
Las fuentes confirmaron que la joven logró sacarles dinero, pero continuó con las maniobras coactivas y la exigencia de plata. No quisieron decir cuánto le dieron para frenar el escándalo, pero se supone que fueron cifras importantes. Esa situación llegó al límite, al punto que los empresarios sanjuaninos se vieron acorralados y denunciaron a la chica en la UFI Delitos Informáticos y Estafas por el delito de extorsión.
La joven fue detenida el jueves último por personal policial en su domicilio de Pocito, todo con el máximo hermetismo. Y este viernes la trasladaron a Tribunales y, en un acuerdo de juicio abreviado y a puertas cerradas, la condenaron a 3 años de prisión en suspenso.
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