“Tenemos las mejores medialunas del mundo”, se jactan en la confitería Di Zucchero, un pequeño comercio familiar con 11 años de trayectoria en el barrio porteño de Belgrano. Poseedores de una fiel clientela que día a día cede a la tentación provocada por la especialidad de la casa, sus dueños se pusieron en modo Mundial Qatar 2022 y lanzaron una propuesta a través de sus redes sociales.

“Si la Selección Argentina pierde contra Arabia Saudita, se reembolsará el dinero a los clientes por la cantidad de medialunas llevadas”,
 promocionaron. “Si llevaste tres docenas, se te devuelve la plata de las tres docenas”, aclararon, por las dudas.

El desafío implicaba abrir el local a las 6 -tres horas antes de lo habitual- tras una noche de arduo trabajo para cumplir con todos los pedidos y que, a las 7, todos los consumidores tuvieran el desayuno listo frente a la TV.

Eran unas 600 medialunas elaboradas a mano, una por una, como impone la tradición (y el secreto, dicen sus dueños) del local. Una hora antes del partido, el lugar estaba lleno. La apuesta, en lo comercial, no parecía tener mucho margen de error: la Selección era amplia favorita para llevarse un triunfo en el debut.

Sin embargo, las cosas no se dieron según lo esperado. “Y tuvimos que empezar a devolver la plata”, sonríe Karina, una de las propietarias. “Vimos la película diferente, como todos. Estábamos seguros de que íbamos a ganar”.

“Lo que menos nos dolía era perder plata”

Como en todos los hogares del país, alrededor de las 9 del martes, en el local situado en Superí 1810 -Ciudad de Buenos Aires- reinaba el desánimo y la preocupación por la suerte del equipo nacional en el devenir de la cita mundialista. A tal punto que, por un rato, Karina se olvidó de la campaña que había lanzado.

“Mi hijo Baltazar, que tiene 19 años, me hizo acordar. Estábamos todos tristes y él me dice: ‘Mami, ahora hay que ponerse con los clientes, ¿no?’”, cuenta, y vuelve a reír.

Karina y los suyos casi que no tuvieron tiempo para hacer el cálculo de cuánto dinero había que devolver, cuando empezaron a llegar los primeros clientes a pedir que en Di Zucchero cumplieran con la palabra empeñada. “Estábamos sorprendidos, pero lo que menos nos dolía era perder plata. De hecho, nunca hicimos los números. No sabemos cuánta plata devolvimos”, acota Baltazar.

“Como nuestras medialunas están hechas a mano -retoma Karina-, pedimos que las encarguen con anticipación y tomamos el número de DNI. Los clientes estaban identificados y les devolvimos el dinero sin problemas”.

También hubo clientes -especialmente aquellos de antaño- que decidieron eximir a la confitería del compromiso asumido: “Yo metía la mano en la caja para devolverles la plata y me decían ‘ni se te ocurra, yo me comí las medialunas y las disfruté’”.La campaña se renueva en el partido contra México

De raíces futboleras (”una mitad es de River, y la otra mitad es de Independiente”), Karina y Baltazar dicen no creer en cábalas. Sienten que la propuesta que expone a riesgos al pequeño comercio familiar es “un voto de confianza, una muestra de apoyo” para el equipo de Lionel Scaloni. Por eso, la promoción será reeditada el sábado a la hora de la merienda, cuando la Argentina se juegue sus chances de clasificar a octavos de final frente a México.

“Nuestra querida Selección juega, tal vez, el partido más importante de los últimos años. Nosotros, desde Di Zucchero, apoyamos fervientemente a nuestro equipo, así que volvemos a lanzar la promoción para este sábado”, se lee en la última publicación de la confitería en Instagram.

En Di Zucchero no tienen la fórmula para que el equipo nacional recupere la memoria y se renueven las ilusiones de un país, pero creen que, a veces, “uno tiene que caer para levantarse y ser más fuerte”. Con esa misma fe -dicen- elaboran las medialunas: “Usamos materia prima de primera calidad. Por lo demás, vos podés tener la misma receta que cualquiera y la mano es otra”.