No importa de que ideología es o casta social. Todos confluyeron en la Plaza 25 de Mayo, para festejar el tercer campeonato mundial del fútbol masculino. Los riojanos invadieron el paseo público, con la camiseta albiceleste, las banderas en todos lados, todo sirvió para estar a la altura de las circunstancias de un contexto en que se debía festejar.
Cerca de las tres de la tarde, mientras que para muchos, y casi toda la Argentina, no habían comido, se desató toda la alegría. Como siempre, la Plaza 25 de Mayo fue el epicentro para ese delirio argentino, que se postergó por muchos años.
Los riojanos no quedaron afuera de lo que se dio a nivel nacional y las bocinas, las caravanas y el “vamos Argentina”, estuvieron presente.
Aquí no hay discriminación alguna. Están los de barrios pudientes, como aquellos de los barrios en situación vulnerable. Los de renombre, como de barrios periféricos. Los peronistas, radicales, del PRO, libertarios, anarquistas y de izquierda. Todos confluyeron en el mismo paseo público.
Hay que reflexionar sobre lo que significa este fenómeno, que excede lo deportivo, para trasladarse a lo social. No hay distinción alguna. Todos seguimos en la misma línea, por encima de lo personal.
Ahora, siguiendo el parámetro de alguna que otra película, si se pudo conseguir esta meta, tirando todos para el mismo lado, es necesario rever nuestros modos de proceder en la vida, para que así, ese modo de estar en una Plaza con el prójimo, se pueda convivir con el otro.
Todo sumó para que se vuelva realidad
Escribe: Alejandro Hugáz- Redacción Nueva Rioja
Estuvieron siempre en juego las cábalas. Están los que siempre estuvieron en el mismo lugar. También los que se sentaron en el mismo sitio y se debía cumplir a rajatablas la posición. Pero más allá de ello y por más que alguna que otra nota que rozaba la pulcritud innecesaria, los argentinos siempre tuvieron la misma esperanza. Hay quienes tenían la misma ropa durante tantos partidos. Otros, durmieron en los partidos claves y hasta las amigas posaron de manera sensual, con las cintas albicelestes deslizándose sobre sus curvas. “No se puede negar, hicimos todo por la Selección”, se podía leer por las redes, en torno a esta final, que finalmente dio el triunfo a la Argentina.
Todo sirvió para que el equipo ganara esta final. Todo se respetaba, cual si fuese uno de los artículos emanados de la Carta Magna. “Se debe hacer porque en los anteriores partidos se dio”, esa fue una de las frases más repetidas en este mes, donde el fútbol lo cubrió todo. Y en comparación a otros contextos, la alegría fue plena. No existieron desaparecieron, ni vuelos de la muerte. Aquí existió empuje en un Estado de Derecho, cuando los argentinos se ilusionaron con Messi más 48 millones de Argentinos.
Se buscó todo tipo de comparaciones. En el 86 Belgrano salió campeón del Nacional en el 2022 también. Portugal perdió con Marruecos en el 86 y ahora también. Canadá clasificó a un mundial solo en él 86 y ahora. En el 86 Inglaterra quedó eliminado en 4tos de final, en él 2022 también. En la final del 86 Júpiter estuvo en piscis, en la final del 2022 Júpiter va a estar en piscis también. Robert De Niro vino 2 veces a la Argentina, en el 86 y en 2022. En el 86 se estrenó “Top Gun” y en el 2022 se estrenó “Top Gun: Maverick”. En el 86 Chile no clasificó al mundial, en el 2022 tampoco. En el 86 el máximo exponente del fútbol mundial era argentino: el Diego. En el 2022 también es argentino: Messi. Hubo una premisa que no se cumplió. El hecho que no había salido campeona en el un gobierno peronista. Pero esta selección excede a una ideología política, y hay fundamentos que sostienen esa idea. Mientras, todo un pueblo, festeja este triunfo.
Nueva Rioja