*Por Juan Pablo Parrilla
Luego de que la oposición saliera a cuestionar la legalidad de la emisión de los chachos, el gobierno provincial evitó debatir los fundamentos jurídicos. La defensa fue 100% política, donde el quintelismo se siente cómodo.
Hay tres niveles de discusión sobre los bonos que emitió la provincia: económico, político y jurídico. Los últimos dos son los que cobraron protagonismo en estos días.
Por un lado, lo jurídico: la oposición salió a cuestionar la legalidad de la colocación de los chachos y pidió que intervenga el Banco Central.
¿Cuál es el argumento? Que, según la Carta Orgánica del Banco Central, los bonos emitidos por las provincias no pueden ser de aceptación forzosa ni pueden tener valores menores a los 100 mil pesos.
Ante la maniobra opositora, el gobierno hizo circular en off una réplica que se basa exclusivamente en la discusión política y ni siquiera menciona lo legal. “Todo el país habla de los chachos, son un verdadero éxito en La Rioja”, se defendieron. “Buscan que la ciudadanía no pueda beneficiarse con el bono”, agregaron.
Ese es el terreno en el que el gobernador Ricardo Quintela se siente más cómodo, el terreno político, el del pragmatismo y la búsqueda de legitimidad. Y es ahí a donde quiere llevar el debate con el que busca sumar puntos en su carrera por la presidencia del Partido Justicialista. Para el quintelismo los chachos no son sólo un instrumento económico, sino, también, una herramienta de marketing político, una faceta importante de su carta de presentación ante el país.
En efecto, a Quintela le está yendo bien en esa cruzada nacional, que es el sueño de toda la vida del gobernador y su círculo. Prueba de ello fue el masivo acto en el Superdomo, donde presentó una Constitución bastante progresista, pero con aspectos muy conservadores en la ingeniería institucional de los que casi nadie habla. De a poco el gobierno provincial está logrando instalar en un sector del peronismo porteño la idea de que La Rioja es una isla progresista en un país libertario.
Al margen de lo político y lo jurídico, el otro plano de análisis de los chachos es el económico, que es el que seguramente terminará siendo el más importante para la sociedad. Hay tres factores clave que podrían definir el futuro de los bonos al respecto: la credibilidad, el volumen y el tiempo de circulación.
La ecuación es más o menos así: cuántos más chachos se emitan y más tiempo circulen, mayor será el riesgo de que la población pierda la confianza y se devalúen los bonos.
Quizás por eso el gobierno provincial emitió el 40% de los bonos que autorizó la Legislatura y hará que el grueso circule apenas 4 meses hasta su rescate definitivo. Minimizó el riesgo, porque la apuesta es mucho más grande que una inyección de consumo en La Rioja.