Fue en los primeros días de diciembre del 2015, cuando un video comenzó a circular por WhatsApp, del cual se veía al ex gobernador y Diputado Nacional en ese tiempo, Luis Beder Herrera, en un encuentro sexual con una menor de edad en un hotel alojamiento de La Rioja.

Las crónicas periodisticas fueron masivas ante tal noticia, que derivó en la viralización del video en toda La Rioja, y hasta en portales porno. Tal fue el impacto de la noticia, que se realizó un marcha por las calles de la capital riojana, pidiendo la renuncia de su banca en el Congreso, cosa que nunca sucedió.

El gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, fue acusado por el supuesto abuso sexual de una menor de edad. La denuncia, a la que Infobae tuvo acceso, fue presentada ante el Juzgado de Instrucción III de la provincia por el ex intendente de la localidad de Arauco, José Minuzzi, un enemigo político del mandatario, que aseguró que cuenta con imágenes que probarían el delito.

Beder Herrera y Minuzzi fueron socios políticos hasta que la relación se quebró, al punto de que el gobernador –electo diputado– utilizó la amplia mayoría que tiene en la Legislatura provincial para impedir que su ex compañero de ruta asumiera su banca. Sus diputados lo acusaron de “inhabilidad moral” para ejercer el cargo por una denuncia que le habían hecho por mal manejo del fondo sojero.

Según el escrito que Minuzzi le aportó al juez Gustavo Farías, el supuesto delito ocurrió el 16 de junio de 2011 en el hotel alojamiento Love City, ubicado en una ruta periférica de la capital riojana. Del encuentro sexual habrían participado Beder Herrera, la menor –hoy, mayor de edad– y una secretaria del gobernador.

José Minuzzi

Esta última sería, según el escrito, quien grabó un video de 40 minutos que Minuzzi tiene en su poder, pero que decidió preservar por pedido de la familia de la menor. Sólo aportó un audio de unos pocos segundos al que Infobae y otros medios accedió, y en el que dice supuestamente el gobernador: “Pobrecita, chiquita, linda, muy puta, es una hembrita divina, que hay que domarla”. También se escucha a quien sería su secretaria acotar: “Está avanzando conmigo, no sabe”.

Beder Herrera, siempre de acuerdo a la denuncia, conoció a la menor por intermedio de sus padres, con quienes mantiene una larga amistad. La joven lo habría acompañado en sus viajes en helicóptero en más de una oportunidad y hasta habría accedido a manejar programas sociales de erradicación de ranchos. Por eso Minuzzi lo acusa de “utilizar los recursos del Estado provincial para seducir y engañar a una víctima femenina menor edad”.

El denunciante contó que Beder Herrera solía jactarse en su círculo íntimo de la relación que mantenía con la adolescente, a quien llamaba “bebé divino” o “chiquita”. Incluso una vez su esposa lo habría encontrado manteniendo relaciones sexuales con la menor en la residencia oficial, de donde la sacó literalmente de los pelos. Ese incidente siempre fue un secreto a voces en la provincia.

La supuesta víctima ya habría presentado una denuncia por extorsión contra Minuzzi en la que dijo que la atosigó para que hiciera pública su relación con el mandatario. El ex intendente reconoce en su escrito haber mantenido varios diálogos con la menor, pero repasa otra versión: dice que en su momento le pidió que se alejara del gobernador y que, cuando recibió el video, la joven se quejó “aduciendo que había miles (de videos) realizados por el mismo Beder Herrera, cuestionando por qué tenía que escoger difundir precisamente el video en el que estaba ella”.

La joven se quejó “aduciendo que había miles (de videos) realizados por el mismo Beder Herrera, cuestionando por qué tenía que escoger difundir precisamente el video en el que estaba ella”.

“Es evidente que actos como el referido alteran el desarrollo sexual de la niña porque le inculcan hábitos depravados, inclusive actuando en forma prematura sobre una sexualidad aún no desarrollada. La acción corruptora desenvuelta por Luis Beder Herrera ha dejado una huella psíquica de carácter deformante o perverso, que turba el normal desarrollo de la salud sexual que el tipo previsto en el artículo 125 del Código Penal tiende a proteger”, concluye el escrito. La norma que cita tiene una pena de 3 a 10 años de prisión, pero el caso, tal como lo describe Minuzzi, incluiría un agravante –el abuso de poder– que elevaría la sanción de 10 a 15 años.

Desde el gobierno provincial la respuesta fue de manual. El ministro de Gobierno en ese tiempo, Claudio Saúl, dijo que es una denuncia “de carácter político que realiza alguien con declarada enemistad manifiesta con el mandatario riojano y prácticamente con todo el gobierno, que fue hecha pública en los medios periodísticos desde hace muchos años”.

La participación de la Justicia de La Rioja

El juez de Instrucción de La Rioja, Daniel Barría, prohibió a los periodistas y a los medios de comunicación locales publicar, difundir o siquiera referirse a la denuncia por el supuesto abuso sexual de una menor de edad que involucró al ex gobernador Luis Beder Herrera y que fue archivada.

Barría archivó la causa y en su lugar emitió una cautelar, que llegó por la mañana a todos los medios y periodistas riojanos. Barría hacía referencia a un expediente por el cual se investiga el delito de coacción supuestamente cometido por Minuzzi, cuya víctima fue una joven menor de edad, a quien el dirigente político, según el juez, presionó para que acusara a Herrera.

El juez de Instrucción de La Rioja, Daniel Barría

La cautelar de Barría dispuso que los medios y periodistas “deberán abstenerse de publicar material, difundir imágenes (videos), contenidos o realizar manifestaciones al respecto, así como también la recepción y publicación de ese estilo de material y/o relacionado al hecho que se investiga, cuya víctima sería menor de edad”, a esa altura, el video ya estaba viralizado en Argentina y otros países y hasta páginas porno.

Una causa que no prescribe

En Argentina, la prescripción de las causas por abuso sexual depende de varios factores, incluyendo la gravedad del delito y la edad de la víctima.

Hasta hace algunos años, los delitos de abuso sexual podían prescribir, lo que significaba que después de un periodo determinado de tiempo, ya no se podía judicializar el hecho. Sin embargo, en 2015 se implementó una reforma en el Código Penal argentino que estableció la imprescriptibilidad de ciertos delitos, incluyendo el abuso sexual agravado en el caso de que la víctima sea menor de edad.

Esto significa que los delitos relacionados con el abuso sexual contra menores no prescriben, y se pueden seguir judicializando independientemente de cuánto tiempo haya pasado desde que ocurrió el hecho.