Una mujer policía, oriunda de Olta, provincia de La Rioja, murió tras ser acribillada a tiros por su pareja, otro policía, delante de su hija adolescente. Luego el femicida se fue hasta el cementerio y se quitó la vida frente a la tumba de su padre.

El trágico hecho ocurrió el sábado a la noche en una vivienda de la localidad cordobesa de Alta Gracia: en medio de la pelea familiar, Carlos Suárez (40) tomó su arma reglamentaria, le disparó cuatro veces a Silvia Carolina Figueroa (36), que murió en el acto y ante la desesperada mirada de su hija adolescente que intentaba separarlos. Luego, fue hasta el cementerio Parque La Paloma y se suicidó frente a la tumba de su padre, ubicado a pocas cuadras de la casa donde vivía el matrimonio.

Según las primeras informaciones, no existían antecedentes de hechos de violencia previa entre ellos. Alejandro Peralta Ottonello, el fiscal de Instrucción de esa ciudad del departamento Santa María, aclaró que en principio la causa fue caratulada como “muertes de etiología dudosa”, indicó Télam.

Horas más tarde, el Jefe a cargo de la Departamental, Diego Cambronero, lamentó la muerte de la policía, que trabajaba como operadora en el 101. “Era una persona muy alegre y muy trabajadora”, sostuvo en declaraciones a Resumen de la Región.

En mayo pasado, Carolina se había convertido en heroína y fue noticia en los medios cordobeses, cuando por su trabajo en la línea de emergencias de la Policía fue pieza fundamental para salvar la vida de un bebé que había sufrido un ahogamiento. En ese caso, junto con su compañera Lorena Soledad González, la sargento fue instruyendo a la mamá para realizar las maniobras conocidas como Heimlich (de compresión abdominal)

Telam