El escrutinio definitivo confirmó ayer que el Frente de Todos se quedó con las dos bancas nacionales en juego en La Rioja. A pesar de que el triunfo fue aplastante, la oposición de Vamos La Rioja se quedó a tan sólo 191 votos de arrebatarle uno de esos escaños, lo que hubiera implicado que el peronismo dejara de ser la primera minoría en la Cámara de Diputados de la Nación. Buena parte de ese dato se explica por el crecimiento de la UCeDé, gracias al “efecto Javier Milei”, que le restó votos a la UCR y sus aliados.

No son pocos los que aseguran que Cristian Corzo y Martín Menem, referentes de la UCeDé, hicieron un acuerdo con el gobierno provincial. En efecto, un grupo de libertarios disidentes lo denunció públicamente, y habló de dinero y terrenos. Cualquiera lo sabía: el crecimiento de los referentes de Milei dañaba a Vamos La Rioja. Y así ocurrió efectivamente.

Hay dos datos muy significativos al respecto:

Javier Milei no habló mal del gobierno de La Rioja durante toda su visita a la provincia. Incluso se suspendió una conferencia de prensa para evitar preguntas incómodas.

– Los medios que habitualmente siguen la agenda del Gobierno hicieron una amplia cobertura de la campaña de Cristian Corzo.

Otra cosa que llamó la atención fue el enorme despliegue de Milei en plena Plaza 25 de Mayo, al mismo tiempo que los PEM reclamaban frente a Casa de Gobierno. Hubo incluso un intento de los municipales de hablar en el escenario, pero no los dejaron. Milei finalmente no se refirió al tema, a pesar de que atravesó el corazón político de la provincia en las últimas semanas.

El economista tampoco contestó preguntas de los medios en La Rioja. Fue a propósito. No sólo no quería hablar mal del gobernador Ricardo Quintela, sino que tampoco quería contestar inquietudes sobre la interna entre los libertarios riojanos y sobre la persona a la que apoyó expresamente en las elecciones primarias, Cristian Corzo, con pasado reciente en el peronismo y el macrismo, al que ni siquiera dejaron subir al escenario en la Plaza 25 de Mayo junto al economista.

La actitud de Milei fue la misma que la de su alfil, Martín Menem: no confrontar. El sobrino de Carlos Menem hizo una campaña muy chata, sin grandes definiciones ni las habituales críticas rabiosas de los libertarios, y siempre con entrevistas que no lo incomodaron. EL FEDERAL hizo tres pedidos de nota con el candidato, quien ni siquiera contestó a los mensajes.

Por eso no surgieron temas incómodos, como su relación directa como abogado con algunos de los personajes más oscuros del kirchnerismo y el menemismo, sus tuits a favor del peronismo, la curiosa definición de un hijo del poder como “un gran emprendedor” o el origen de los fondos con los que costeó su compaña y con los que se financió la visita del economista.

La ayuda de Milei al peronismo se puede ver en otro dato. Consciente de que había dos bancas en juego y de que sólo dos agrupaciones electorales podían quedarse esos lugares, el diputado y presidente del PRO provincial, Julio Sahad, que había sido candidato en las elecciones primarias, declinó de su postulación. Por eso no se explica por qué Cristian Corzo no siguió sus mismos pasos, lo que hubiera implicado que el kirchnerismo pierda fuerza no sólo dentro de La Rioja, sino a nivel nacional.

Cuando promediaba el domingo y los medios nacionales empezaban a hacer cálculos sobre la nueva relación de fuerzas en el Congreso, La Rioja era noticia porque se estimaba que las dos bancas en juego eran claves para que el Frente de Todos pueda ser la primera minoría en la cámara baja, lo que implica ventajas en los cargos y en las comisiones, y por ende, en el tratamiento legislativo. Si el radical Juan Amado conseguía un escaño, el oficialismo y Juntos por el Cambio hubieran quedado empatados en 116 diputados nacionales para cada espacio. No ocurrió. Ganó el peronismo y el presidente Alberto Fernández tuvo algo que celebrar a pesar de la derota. La UCeDé lo hizo.

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