Esta mañana a las 7.20, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, ingresó a la Casa Rosada para comenzar sus actividades y reveló lo que el presidente Alberto Fernández le pide a su círculo más íntimo de funcionarios, en medio de una interna no saldada con el kirchnerismo y, en estos días, profundizada por la decisión de Cristina Kirchner desde el Senado de romper el bloque oficialista sin que él se entere, como una estrategia para las designaciones del Consejo de la Magistratura.
“La instrucción del Presidente es no hablar de política”, afirmó hoy el gobernador tucumano en uso de licencia, que así puso sobre la mesa la orden que imprimió Fernández y, entonces, buscó abocarse a hablar de la gestión.
Pese a esta solicitud para los funcionarios que a él responden, ayer el mismo Presidente cargó su discurso de tono electoralista cuando habló en la Universidad de José C. Paz (Unpaz). Allí, además de dar clases, estuvo en un acto con el intendente Mario Ishii y sostuvo: “Cada uno sabe lo que tiene que hacer y sabe qué intereses tiene que defender. Por lo tanto, necesito de todos y cada uno de ustedes que estén convencidos, porque el que quiere hacerme creer que en 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos!”.
Manzur, como es usual, fue más cauto. Entre risas irónicas, dijo que para las elecciones presidenciales del año que viene “falta mucho tiempo” y que “va a correr mucha agua todavía abajo del puente”. No se explayó al respecto. Pero fue ahí cuando manifestó: “No hay que apresurar los tiempos. La instrucción del Presidente es no hablar de política. Estamos abocados directamente a la gestión. Verán la mañana: todo trabajo de gestión, impulsar la documentación técnica para que el Gobierno siga adelante con sus políticas públicas y llevándole soluciones en un contexto difícil a las poblaciones más vulnerables, a toda la Argentina”.
En una semana marcada por el enojo del kirchnerismo con la Corte Suprema de Justicia por la llegada del titular del máximo tribunal, Horacio Rosatti, a la presidencia del Consejo de la Magistratura -que terminó con el desdoblamiento del Frente de Todos en dos bloques de Senadores para arrebatarle a Pro un lugar en el organismo que designa y remueve a los jueces-,
Igual que ayer, el jefe de Gabinete respaldó la movida oficialista en el Congreso al asegurar que se dio “dentro de los márgenes legales” y al acotar: “Bueno, si es una decisión de nuestro bloque estamos de acuerdo”.
E incluso le bajó el tono a las esquirlas de la interna, que tiene al Presidente y a su vice con el diálogo cortado desde que se trató el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Congreso. Dijo que estas fricciones “para nada” paralizan al país, insistió con que las diferencias son “algo lógico, normal, sano y democrático”, y apeló a un mensaje de unidad: “Para seguir adelante y dar respuesta a los argentinos vamos a estar todos juntos”.
Incluso, para justificar dinamismo en la gestión, el conductor de los ministros deslizó: “Miren todo lo que vamos a hacer hoy a la mañana”. Con eso se refirió a un viaje programado a Neuquén para este mediodía, cuando Fernández visitará el yacimiento de YPF Loma Campana, en Vaca Muerta, para dar comienzo a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
“Hubo una decisión política de poner en marcha una nueva obra, un gasoducto. La Argentina va a pasar a autoabastecerse y a tener reservas por 150 o 200 años en cuanto a energía. Hay escasez a nivel global y las reservas de la Argentina son muy importantes”, comentó Manzur, que pronosticó que esto estará listo dentro de un año y medio, y que también contó que en las primeras horas de este jueves se reunirá con los ministros que a las 14 parten en viaje oficial para Israel.
Convencido de que hay que “priorizar la gestión”, Manzur evitó hablar de la oposición y, en cuanto a la inflación -aún incontenible para el Gobierno-, remarcó: “Es un problema a nivel global y en una economía debilitada como la Argentina tiene un impacto mucho mayor. En los próximos meses, paulatinamente y en forma gradual, este indicador va a ir descendiendo”.