*Por Juan Pablo Parrilla
La entrevista que el lunes le dio el gobernador Ricardo Quintela a un medio porteño parecería ser la confirmación de que la relación entre la Provincia y el Municipio ingresó en una nueva etapa, más confrontativa que la anterior y con mayor protagonismo de sus respectivos líderes, de cara a las elecciones legislativas de este año.
La primera en patear el tablero fue la intendenta Inés Brizuela y Doria, una semana después del anuncio de la reforma constitucional en la provincia. Desde su asunción y hasta hace unos 40 días la Intendenta había mantenido con el gobernador Quintela una relación tensa, pero relativamente cordial a nivel institucional. Pero hubo una entrevista con Radio Fénix que marcó un antes y un después, porque fue la primera vez que salió a mostrar un discurso decididamente combativo. Hasta ese momento, las críticas más duras las habían realizado los dirigentes que la secundan. “Están muy alejados de la realidad y de las necesidades de la gente”, dijo, entre otras críticas, ese día.
El lunes, en la entrevista con FM La Patriada, Quintela la acusó directamente a ella por la protesta que terminó en su casa. Esa foto que incluyó a funcionarios municipales podría marcar el antes y después de la relación entre ambos, pues fue la primera vez que el gobernador apuntó expresamente contra Brizuela y Doria. En concreto, aseguró que quienes participaron del escrache en su vivienda personal “eran militantes de la UCR y del PRO, y del nuevo militante libertario bastante agresivo” y subrayó que hay capturas “de los grupos de WhatsApp de la Intendenta y el Viceintendente que convocaron a movilizarse”.
Las críticas cruzadas con los líderes de cada espacio provincial y municipal a la cabeza marcan una nueva etapa de la relación. Quintela hasta el momento había ubicado en el lugar de “enemigos” fundamentalmente a algunos medios de comunicación y, en menor medida, a la alianza entre radicales y macristas. Pero algo cambió. En la entrevista mencionó directamente a la intendenta y también al senador Julio Martínez, a quien acusó de operar en los medios.
Esto último tiene que ver con dos noticias puntuales. Primero, Clarín y TN realizaron informes sobre el audio de Juan Luna Corzo. Y al otro día, La Nación publicó una extensa nota firmada por la periodista Laura Serra, en la que definió a La Rioja como “una nueva Formosa”.
Esa comparación no es un insulto para Quintela, quien en abril definió al gobernador formoseño, Gildo Insfrán, como “el más exitoso” de los mandatarios provinciales en cuanto a su respuesta a la pandemia. “Los gobernadores lo apoyamos. A los resultados hay que remitirse”, alegó.
Aun así, el lunes se quejó por las publicaciones, porque las vinculó con las marchas contra la cuarentena estricta, que -dijo- “se respaldaron en los medios nacionales detrás de un dirigente que ellos tienen, el senador nacional Julio Martínez”, a quien acusó de divulgar “información totalmente falsa”.
Pero el desgaste de la relación entre Quintela y Brizuela y Doria no fue de un día para el otro. Y una de las cosas que contribuyó a erosionarla, según plantean en el Ejecutivo provincial, fueron algunas declaraciones de la intendenta en redes sociales.
En efecto, primero se los vio discutiendo en un acto público. Luego hubo algunas rispideces y llegó la entrevista de Brizuela y Doria que se mencionó en el inicio de esta nota. Y hubo, hace 10 días, un capítulo a destacar: los tres camiones recolectores que la Provincia “regaló” al Municipio para su aniversario no cayeron bien entre los funcionarios de la comuna.
La propia Brizuela y Doria comentó al respecto: “Quintela me dijo que tenía un regalo, pero yo le dije que el único regalo que necesitamos es el acuerdo financiero. Nos vienen bien los camiones, pero lo que necesitamos son los fondos para hacernos cargo de los servicios. Tendríamos que tener la autonomía financiera y política para invertir el dinero”, sostuvo. Incluso dijo que hubiera usado el dinero para otra cosa: “Habría invertido en luminaria o en una retroexcavadora para arreglar las calles”, indicó.
“El gesto es muy bueno, no quiero parecer desagradecida, pero hoy [Quintela] tiene la función de gobernar la provincia y él no sabe cuáles son las prioridades de los vecinos”, insistió.
En la semana que pasó, Brizuela y Doria mantuvo el tono. El viernes se desligó de las protestas en la casa de Quintela (“no avalo manifestaciones ni escraches en domicilios particulares”), sostuvo que las marchas fueron “genuinas y espontáneas”, y cuestionó: “Me preocupa que no están viendo la realidad completa. Le echan la culpa a otro y no tratan de entender al otro para solucionar las cosas”.
Por Twitter fue más directa (algo que en su momento ya había molestado a Quintela). “Anhelo vivir en una Rioja donde pensar diferentes no sea un delito ni signifique perder lo que con tanto esfuerzo conseguimos”, sostuvo a raíz de los pedidos de juicio político a Gustavo y Guillermo Galván.
Y compartió dos mensajes muy duros del dirigente radical Ernesto Sanz, uno sobre la nota de La Nación y otro con un mensaje a Brizuela y Doria y Julio Martínez, quienes -aseguró- “a pesar de todos los ataques, de todas las maldades en su contra, siguen firmes junto a su gente”.
Al mismo tiempo, Brizuela y Doria llamó en varios mensajes al diálogo y alternó ese pedido con algunas críticas más solapadas a las restricciones de la cuarentena. Dijo, por ejemplo, el 25 de mayo: “En el Día de la Patria, quiero hacer una fuerte convocatoria a la paz social, al diálogo y al entendimiento mutuo. Recibir las ideas y aportes de los distintos sectores, y encontrar juntos la salida de esta crisis. Es imprescindible velar por el respeto de las garantías individuales consagradas en nuestra Constitución. El Estado es el principal responsable de su custodia”.
El último capítulo fue ayer. Quintela dio un paso más. Según reveló el periodista Mattías Meragelman en Radio La Red, el gobernador y la intendenta se cruzaron en el Consejo Económico y Social, donde Brizuela y Doria se desligó de la convocatoria a las protestas y una vez más llamó al diálogo. El mandatario, en tanto, la desmintió, convencido de la veracidad de esa supuesta captura de WhatsApp en la que la Intendenta llamaba a una “pueblada”.
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